No hay nada como ser un demonio entre ángeles. Te escabulles en medio de la noche para no ver tanta bondad a tu alrededor. No hay nada como descubrir tu sitio. O no hacerlo. No hay nada peor que no sentirse cuidada. Somos egoístas, yo la primera. El Cielo se cae a pedacitos y se enamora del Infierno.
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