Es complicado contestar a una carta tan genial como la que tú me dejaste. En solo una página has logrado captar la esencia de lo que ha sido este año a tu lado. Por un lado muchas risas y mucha crueldad. Y es que somos así, unos criticones y unos crueles con el mundo que nos rodea. Y sé que cuando vuelvas, tú ya no serás tan criticón ni tan cruel. Sé que habrás cambiado. Y sé que yo no, que seguiré siendo la misma que cuando se levanta por la mañana se queja por todo y no se acuerda de dar gracias por un día más.
Pero sí sé que, gracias a ti, las convivencias no volverán a ser lo mismo. No volveré a tener tu apoyo, tu mirada velando por mí, tus risas detrás de mi sitio, tus susurros al oído poniendo verde a la gente, mis gritos porque te vas a duchar y no ayudas a mover sillas, nuestras discusiones de ese matrimonio que nunca seremos. Porque alguien más grande que yo te agarró, pequeño saltamontes, y espero que jamás le dejes.
Gracias a ti, pequeño, por estar ahí. Porque he sido muy dura contigo cuando te ponía en tu verdad. Porque siempre teníamos un rato para mí por las noches. Porque me obligabas a escuchar.
Te echaré de menos. Te echo de menos. Cada día me acordaré de ti y pensaré qué tal te va en la universidad, si ya habrás empezado, si tendrás compañero de habitación o si ya has cambiado tus camisas grises por las negras. Si ya has dejado de ser un niño para ser un hombre. Yo seguiré siendo una niña para siempre. Tendrás que aguantar mi inmadurez, mis brutalidades y mis locuras hasta cuando te vaya a ver en tu primera vez.
Con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente.
PD: Date prisa, que quiero que me cases.
Anoche me mandaste ese privado y me entró mono de crear un nuevo blog. Así que aquí estoy xD.
ResponderEliminarMuy bonita la entrada, por cierto ;)