Me aterran las casualidades y, sobre todo, las decisiones. Conocer a alguien, oír hablar de algo, y quizá por no decir que no, o por simple intuición, sin una razón lógica y razonada.
Y antes de que te quieras dar cuenta, acabas de darle la vuelta a tu destino - o al que tú siempre pensaste que sería tu destino - y ya no ves la vida sin ese algo que la cambió entera, de arriba a abajo.
Yo, al menos, no quiero una vida en la que no haya menesianos.
Se colaron por casualidad. Me aterroriza que se vayan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Te atreves a decir algo?