Lo he escuchado esta mañana en la televisión. La televisión hace daño. Mis condolencias con este hombre, porque no cree en la poesía y además se piensa que lo mejor de esta vida es la meta. ¿Perdón? ¿Qué hace viviendo, entonces? Hágase el Camino de Santiago y cuando llegue al final, dígame que recuerda con más ilusión, si las risas y las conversaciones, si haberse caído, si las lágrimas, si las miradas y las buenas palabras, si las grandes experiencias que ha tenido durante el camino... o la llegada a Santiago, donde el camino acaba y te preguntas "¿Y ahora qué?"
Es entonces, al recorrer un camino literalmente, cuando te das cuenta de que la vida es un camino. Y lo mejor que te puede pasar es que camines en él.
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