domingo, 17 de abril de 2011

A de abrazo y de anillo.

En el Domingo de Ramos del año pasado, tuvimos reunión. Las cosas iban mal. Lloramos, sobre todo Elsa, cuando dijo que no iban a volver. Yo no dije nada, me callé. Si hubiera hablado entonces, quizá todos me habrían dejado de hablar; si me hubiera mordido la lengua, ¡me habría envenenado! 

Me acuerdo que salí de allí pensando que ojalá alguien me diera un abrazo, pero no quería ninguno que viniesen de ellos. Eso sí, Goizalde me lo dio sin yo pedírselo. Es una grande y tiene un pacto con El de Arriba, de eso estoy segura.

Esa misma mañana, que el cielo estaba despejadísimo y hacía mucho sol, nos dijo que éramos los primeros en saber que se casaba con Iñigo.

De todas las situaciones siempre sale algo bueno.
:)

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