Ayer veía la repetición del programa ese tan chungo que han hecho sobre el mejor disco del año 2010. La votación se ha llevado a cabo por Internet. Entre los que aspiraban a ganadores estaba gente conocida, Dani Martín, Merche, Mago de Oz... y sin embargo el ganador era uno que no debía conocerle ni su madre a la hora de comer. A mí ni me sonaba el single que cantó y qué triste que el ganador del mejor disco del año no sea sonado al menos por los 40 principales, que es comercial, pero mueve mucha música en este país
Pero lo que más me llamó la atención fue el comentario que hizo Santi Millán sobre qué era para él la música. Decía que, con el tiempo, sus canciones favoritas eran las que le recordaban algo, algún momento, alguna persona.
Con el tiempo, doy fe de que a mí me ocurre lo mismo. No entendí la canción de Geografía hasta que alguien me la cantó con una guitarra. No le vi especial atención a Single ladies hasta que la bailé en la calle en carnavales. Marta, Sebas, Guille y los demás fueron todos en algún momento parte de mi cuadrilla. El regalo más grande era horrible hasta que la escuché en la boda de Iñigo y Goizalde. Dicen que dicen se convirtió en especial cuando descubrí una frase de El Principito entre medias.
Rosana jamás fue grande hasta que sonó esta canción en Santo Domingo hace ya dos veranos y me encontré bailando en mitad del patio del colegio con los que nos habíamos convertido en vallisoletanos.
Te miro y sé que vienen tiempos valientes.
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