Siempre tiene que haber alguien que, aunque los planes nunca salgan, se moleste en soñar que se pueden llevar a cabo. A fuerza de hacer pensar y proponer, alguno saldrá adelante. Es estadística pura y dura. Y por estadística a algunos más que a otros nos toca ser unos soñadores y unos olvidadizos. Nos olvidamos de que la última vez nuestros sueños no salieron adelante y por ello seguimos soñando.
Estamos tontos y además no vamos a ningún lado.
Soñar sale gratis, que dicen. Y es bueno :)
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